Desde hace mucho tiempo el catolicismo y el ateísmo son contrarios. Incluso otras modalidades religiosas tales como el agnosticismo o el laicismo con talante tampoco son indiferentes hacia con otras creencias. Puede resultar completamente lógico pensar que las modalidades del ámbito de lo ético, religioso y moral rivalizan entre ellas por los creyentes.
Bien, asumamos esto. Pongamos esa esfera cerrada de conceptos a un lado, con sus características y con sus debates.
Hoy quiero hablar de incongruencias.
La sociedad parece estar más que nunca concienciada con la desigualdad, la pobreza y el hambre. Tiene la idílica imagen de la injusticia social alejada, en países históricamente pobres o subdesarrollados y lejanos al nuestro. Y cuando se piensa en injusticias, rápidamente lo asociamos con aquellas que son fruto del mal reparto de recursos y/o con la explotación. He aquí el amplio espectro de Organizaciones No Gubernamentales que, con todo su mérito, prestan su ayuda sobretodo en África y Sudamérica.
Que también hay pobreza e injusticia en España es innegable. Ahora bien, nos cuesta más asumir que existe injusticia no asociada a la pobreza. Estoy hablando de una injusticia directamente proporcional al nivel económico. Estoy hablando del aborto, hoy convertida en una injusticia social y política.
Resulta en una enorme incongruencia hablar de derecho a morir y negar el derecho a nacer.
El no nacido no entiende de religiones ni de ética, no sabe de injusticias, y mucho menos sabe algo de pobreza o nivel económico. Sólo tiene una cosa que hacer desarrollarse y nacer, desde el momento en que el óvulo es fecundado. Ni si quiera él elige cuando nacerá ni cuando morirá.
Sólo el hombre es un animal tan desarrollado, que decide si sus retoños deben nacer y decide también cuando quiere morir.
Las cifras de no nacidos son ya muy altas. Poner cotas con una ley de plazos no los disminuirá, los no nacidos son más que los muertos en guerras. Sólo un pequeño porcentaje de abortos corresponden a los justificados por violación y peligro físico o psicológico para la madre, en torno a un 10%. El resto de los abortos son justificados por razones económicas. No obstante, está estudiado médicamente, que todos los abortos, voluntarios e involuntarios, producen depresión en la madre.
Hasta tal punto el aborto es un injusticia política, que lo políticamente correcto es llamar Interrupción Voluntaria del Embarazo. En ningún momento se habla de defensa del nacimiento ni de la defensa de la maternidad.
¿Es mayor la injusticia de tener un hijo para una madre, o la injusticia de no nacer para un hijo?
En Madrid, el próximo 26 de Diciembre hay varias manifestaciones contra el aborto, convocadas por AES.
me he preguntado muchas veces. y lo he preguntado a médicos partidarios del aborto ¿cuando se considera que un ser humano es tal?.Cuando se fecunda el obulo, a los dos meses, al nacer, al apuntarse en el registro civil, ¿cuando?.
No he conseguido respuesta. Parece que durante un tiempo, solo somos «presunto seres humanos».
Pues bien: aunque así sea, con la lei en la mano, interrumpir voluntariamente la vida de un «presunto ser humano» ¿no es un presunto asesinato?
Leo amenudo tu blog y generalmente no comento, hoy me detengo a escribirte y enviarte felices fiestas y feliz año nuevo.