Algunas conclusiones a grandes rasgos:
- en mayo, a pesar de los muchos acontecimientos posteriores, ya existía un sentimiento de crisis generalizado
- los propios votantes socialistas no creen las premisas optimistas de Zapatero con respecto a la crisis, ya que el 47% de los encuestados lo votaron y más de un 88% piensan que la situación es regular, mala o muy mala; y un 45% dice que irá a peor.
- por lo tanto las nuevas formas de «crispación» debido al pesimismo económico y atribuidas al Partido Popular, no son tales, puesto que los propios votantes socialistas piensan igual.
- además, sólo un 22% de los encuestados piensan que España tiene mucho o bastante peso en Europa. Lo que quiere decir, que al menos la mitad de los encuestados que votaron al PSOE piensan que España influye poco o nada en Europa.
Yo soy votante socialista y, aunque pienso que la economía está teniendo una trayectoria negativa, eso no significa que no confíe en que este gobierno va a hacer todo lo necesario para que salgamos de esta situación lo antes posible. Que piense que la economía va mal no significa que desapruebe la acción del Gobierno, pues en la economía actual la capacidad de un Gobierno para influir en la economía global es bastante limitada. Los objetivos a medio plazo deben ser cambiar el modelo productivo, aumentando la productividad, y disminuir nuestra dependencia del petroleo, y esto es lo que parece querer hacer el Gobierno actual.
La capacidad de un Gobierno para influir en la economía global puede ser limitada. Pero aunque la crisis sea procedente del exterior, te puedo asegurar que en otros paises, la crisis no es como aquí.
Si para disminuir nuestra dependencia del petróleo, el Ministro de Industria necesita la revelación divina de las bombillas de bajo consumo, esperemos que no tenga la idea de potenciar otra cosa.