La anterior legislatura, la novedad feminista ministerial fue motivo de portadas de revistas del corazón y de la moda. Se hizo en plan «aquí estoy yo porque yo lo valgo» pero los resultados fueron que las ministras y en concreto la Vicepresidenta continuamente son recordadas por su estilo al vestir, más que por su talentos de servicio público.
Ahora en esta nueva legislatura, una vez más vuelve a ser noticia, pero a mí entender no porque sean más ministras que ministros, sino porque algunas de esas ministras sólo lo son por ser mujeres. Creo que seguramente habrá mujeres mejor preparadas que algunas ministras en el mismo partido, si es que el Presidente quiere o necesita mayoría femenina en su Gobierno de España.
Evidentemente tan malo es escoger a un hombre como ministro teniendo una mujer más preparada, como escoger una ministra sólo por ser mujer. O sea, que no vale de nada criticar el machismo para caer en el otro extremo de feminismo irracional. Por suerte o por desgracia sólo los ángeles parecen ser asexuales, y obviar el sexo de los humanos y humanas debe estar más allá de lo divino.
Por eso ¿qué sentido tiene el llamar machistas a quienes critican a una ministra? ¿No hemos tenido suficientes pruebas en la legislatura anterior de malas ministras y también malos ministros? ¿Tan grande es el escudo que ofrece la acusación de machismo para ocultar los atroces errores de elección por parte del Presidente y de gestión por parte de las titulares? Y siguiendo la reflexión ¿qué hay más estúpido que elegir las personas por su sexo, ya sea para perjuicio o para beneficio, cuando no prima la preparación?
Desde luego cada uno barre para su casa, cada medio dará su correspondiente versión y cada uno hará de esto su particular marketing político, pero resulta del todo hipócrita el hacerlo. Unos por defender la igualdad y hacer gala del feminismo, y otros por no presuponer de antemano esa igualdad y caer precisamente en esa trampa mediática.
La mala elección de titulares ministeriales no son lo más grave ni será lo único que será digno de amplias críticas. Dejemos que Chacón siga hablando de misión de paz en Afganistán, después de declararse pacifista ya mismo estará dejando tieso su propio ministerio. Por lo menos ya ha empezado a buscar militares blogueros que no opinen bien de las operaciones militares españolas.