Clint Eastwood nos ha vuelto a dejar otra gran película. Vuelve, en cierta manera recurriendo otra vez al conflicto del Vietnam como hiciera en «Banderas de nuestros padres» y «Cartas desde Iwo Jima», a tocar los valores humanos más profundos. En Gran Torino, se centra en la conversión de un hombre, en su humanidad, a la vez que lo contrapone al desorden y la injusticia del mundo moderno.

Seguramente ya hay muchas películas que traten sobre el racismo y sobre secuelas de aquellas guerra, pero ese mismo aspecto rudo y sin sentimientos, al igual que imprimía en Million Dollar Baby, le da más realismo a toda la pelicula.

Recomendada para todos queda.