Ambos vídeos son insultos. Para ambos protagonistas el Partido Popular pide la dimisión. Sólo para uno de ellos también la pide el PSOE.
Entretanto, por muy bien o mal que hable, Magdalena Alvarez Arza sigue siendo protagonista de malas noticias y de incumplimientos por irresponsabilidad.
Pero esto sólo es a grandes rasgos.
Bueno, quito hierro, quito hierro a las dos declaraciones. Lo de «tonto de los cojones» fue una metedura de pata en un momento acalorado. Es perdonable. También es perdonable que se arremeta contra la prosodia farrullera de nuestra ministra que, no nos engañemos, no es habla andaluza: habla andaluza es el habla de Antonio Burgos (sus ideas están en mis antípodas, pero ¡cómo habla el canalla!) o el habla de Jesús Quintero.
Lo que no tiene perdón, y en eso estamos de acuerdo, es la gestión de Magdalena, su forma cuasiadolescente de evadir responsabilidades y de atribuir culpas a los demás. ¿Y su forma de hablar? Pues ¡menos perdón todavía!: qué mal que habla… qué vergüenza que identifiquen al habla andaluza con lo que sale de esa boquita…
Acepto tus limaduras, amigo Curro, aunque de todas formas tenemos que admitir que cada vez más se dan este tipo de declaraciones de calentura (o momento acalorado como las llamabas) por todos los partidos. Poco a poco, las palabras son tan fáciles de pronunciar que a veces no se piensa como se van a respaldar, ni si son respaldables. Además también es muy barato rectificar, y no suele ser signo de sabiduría, sino de negligencia o ligereza previa.
En definitiva se está perdiendo el discurso político consecuente y responsable, y nos quedamos con un discurso sensacionalista.