Hoy 21 de septiembre, es el día mundial de la enfermedad o mal de Alzheimer. Se trata de una enfermedad degenerativa, crónica, sin cura conocida y sin tratamiento preventivo probado.
Se conoce poco de esta enfermedad, pero parece ser que uno nódulos van creciendo en los espacios interneuronales, anulando la comunicación entre las células del cerebro. No se sabe porqué ni como controlarlo, por lo que la enfermedad, cuando se da, va en aumento de sus síntomas.
Afecta a personas mayores, por eso se ha dicho que es una enfermedad asociada a la longevidad de la especie humana, pero también se está comprobando que afecta cada vez a gente más joven, incluso a gente en edad de trabajar, cuyos casos son los más dramáticos.
La mayoría de bibliografía cuenta que la enfermedad tiene tres fases:
Una primera fase en la que el enfermo va olvidando cosas que normalmente recordaría. El propio enfermo es consciente de que no recuerda esas cosas, lo que le produce depresión por el abismo que encuentra frente a él.
En una segunda fase, el enfermo no hace uso de razón, pero todavía es autónomo, esto es, se puede mover, caminar, tal vez montar en bici, come por sí solo… pero al no recordar cosas se suele perder. Empiezan a perder el sentido las cosas que dice. Es la fase en la que los familiares deben estar más atentos al enfermo, además suelen darse casos de agresividad y desconfianza por parte del enfermo a los que le rodean.
En una tercera fase, el enfermo es absolutamente dependiente de la ayuda externa, no come ni hace sus necesidades solo, se encuentra como perdido, no recuerda absolutamente nada, sigue siendo agresivo.
Ante esta enfermedad de momento, solo se puede actuar paliativamente, cuidando al enfermo e intentando que ejercite su mente. Ver como los últimos años de la vida de una persona, ésta se convierte en un «fantasma» sin recuerdos, sin conversación, sin saber quien es ni quien ha sido, ni quienes son sus allegados…supone un gran trauma para el enfermo durante la primera fase de la enfermedad, y durante todo el tiempo para sus familiares.
El Alzheimer suele entrar en una familia por la puerta pequeña, y hasta que los síntomas son ya avanzados, y despues de pruebas, análisis etc etc no se admite que estemos ante un enfermo de Alzheimer. Por eso es importante la información de estos casos, y el papel que juegan las asociaciones de familiares de enfermos. Más aún cuando las investigaciones van en el sentido de buscar algún remedio que pueda frenar la enfermedad, más que revertir sus efectos.
Hoy de hecho, repartían información en el Centro de Salud sobre una nueva asociación colonial de familiares.