Arranca la Semana Santa de este 2009 con el asunto de los lazos blancos. Se había hablado, discernido y debatido acerca del seguimiento en torno al lazo blanco, al estilo de unos sondeos electorales. Los noticiarios, todavía hoy, comienzan haciendo un repaso geográfico de las hermandades y cofradías de España, y subliminalmente se regocijan en el poco seguimiento que han recibido, según esos mismos medios.
Una vez más, el tema del aborto, llevado a la actualidad por el órgano legislativo, desplaza su debate hacia otro lado, hacia un punto de vista lejano del real. Y además, aprovechado, la Semana Santa es caracterizada de una reacción política a la propuesta de legislación, no ya ni de una tradición. Y mucho menos de una fiesta o conmemoración religiosa.
Más cierto puede ser, que la propuesta o nuevo borrador de la ley de aborto es muy desconocida por todo el mundo, y que el tinte político que desde los medios se ha dado al lazo blanco, a puesto en duda a muchos miembros de hermandades y cofradías: duda por desconocer los puntos claves del borrador, y duda por no saber que es lo que apoya esa expresión del lazo. Esto ha situado a muchos creyentes en una situación tal, que ha pensado que esa era una guerra que no era suya.
Justo la semana anterior a la Santa, la promotora de este borrador de ley, Bibiana Aído, terminaba de reunirse con los llamados ProVida, científicos, médicos y representantes de organizaciones en contra del aborto. Una reunión en la que por lo visto la ministra no ha atendido a razones y se aferró a sus argumentos, esto es, el aborto como una medida social y mero símbolo de progresismo. Bibiana incluso rebatió los argumentos y explicaciones de un catedrático en genética, calificándolos de demagogias. Y al final, todos los asistentes concluyeron en que aquella reunión sólo había supuesto una foto.
Todo este debate no pertenece al ámbito político, ni si quiera al religioso. Desde luego no es cuestión de ateos o teístas, aunque no creo que haya ninguna religión que propugne el aborto. No se ha abierto el debate que debiera, un debate ético, moral y humano, tomando en consideración todas los asuntos circunscritos en torno a él, como pueden ser por ejemplo los asuntos sociales para la mujer embarazada. Aunque tampoco se puede decir que sea un asunto social. Sirva como prueba la legislación que está poniendo en marcha la Comunidad Valenciana, con base al apoyo social y económico a la mujer embarazada.
Por otro lado, la omisión de este debate que debiera ser multidisciplinar, y el frívolo tratamiento a una cuestión tan trascendente, no hace más que confirmar la crisis de valores y cultural que se vive actualmente.
Información de referencia:
Gádor Joya en COPE
La Semana Santa arranca con lazos blancos antiabortistas