¿Huelga educativa?

Dicen que hoy ha habido una huelga en el sector educativo a la que se ha convocado tanto a personal docente como a estudiantes de todos los niveles parece ser.

No es la primera huelga de estudiantes, ni será la última, pero hoy algunos programas de noticias han puesto algunos puntos sobre íes, pues algunos de estos estudiantes huelguistas han ejercido al estilo de los piquetes «informativos» de los sindicatos. De modo que ni cortos ni perezosos, algunos han querido molestar a sus compañeros que estaban estudiando en las bibliotecas (por cierto, bibliotecas llenas según las imágenes) cuando estamos en época de exámenes finales. Eso ha sido un gran gesto de apoyo a la educación Otros han decidido irse a las dependencias del gobierno autonómico a armar jaleo, y empujar a altos cargos. También un gran signo de educación.

En definitiva, una vez más, una masa de gente se reúne para dejar a un lado el raciocinio enarbolando los instintos destructivos. Y por la forma valiente de hacerlo y de molestar a unos compañeros, obviamente han sido dirigidos por quienes saben protestar y hacer huelgas de forma profesional.

Se convierte en tradición perjudicar a los demás mientras ejerces el derecho a huelga. Todos los movimientos huelguistas han olvidado donde terminan los derechos individuales, y que no tienen más derechos porque se reúnan muy juntitos en un mismo sitio o porque hagan mucho ruido. Está de moda extralimitarse en el estado de derecho y de las libertades individuales, porque a esa aptitud se le pone una palabra como transgredir, o disidente, o indignado… y de esa forma todo queda estéticamente bien envuelto y decorado.

Lo siento por aquellos, maestros, profesores y alumnos, que hayan ejercido su derecho a la libre expresión, o a huelga, o el que hayan querido sin molestar a nadie ni violar el derecho del vecino; pero como suele pasar en estos casos, unos cuantos ruidosos obviando la corrección son los protagonistas, porque así lo buscan.

De hecho, algunos estudiantes de Sevilla han decidido denunciar todo esto ante la fiscalía. En concreto estudiantes de derecho, que entienden que se han vulnerado sus derechos por quienes han intentando imponer la huelga, convertir un derecho en una obligación.

A grandes rasgos, es increíble el poder de manipulación e influencia en las formas que tienen dos sindicatos que hacen apología de la ilegalidad consciente. Y como unos cuantos tragan con su sistema obedientes aun a riesgo de pasar una noche en un calabozo, mientras los más listos no dan ni un paso sin un buen engrase.

Verdaderamente hay que mejorar la educación y la formación.

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