Ya se sabía que la desaceleración terminaría convirtiéndose en crisis, lo acaba de aclarar el Ministro de Economía Solbes. Ahora queda averiguar, si Zapatero tendrá que aprender a pronunciar RECESIÓN, como el resultado de varios trimestres sucesivos de crecimiento 0, y aumento de la inflación.
Es obvio que el optimismo al que hace llamamiento el Gobierno de España persigue el mantener la moral del aparato económico-productivo. Todos esperamos que la crisis no se prolongue. Pero nunca fue mala la aptitud previsora de la hormiga, y sí lo fue la poca preocupación de la cigarra.