La consigna de explicar

Los dirigentes, estrategas y asesores de imagen del PSOE deben estar un poco nerviosos, en el sentido de que, las últimas encuestas han puesto patas arriba sus expectativas y sus líneas de trabajo. Así que han tenido que empezar a diseñar un nuevo plan (no creo que sea el Plan D, aunque podría serlo) porque han visto que a pesar de sus políticas triunfalistas de bonachones derrochadores hacia los barrigas agradecidas, no están obteniendo un resultado electoral deseado. Sino que está prevaleciendo, y sigue siendo así, la verdad. Y la verdad es que están haciendo una gestión económica y social muy pésima.

Precisamente la muestra de esa preocupación debería valorarse en sí misma como una banalidad, pues si bien un partido puede preocuparse por sus resultados electorales, no lo debe hacer así un Gobierno, ya sea el gobierno de una nación o el gobierno de una comunidad. La preocupación principal de un gobierno ha de ser sus gobernados, y su imagen. Ahora bien, es obvio que su imagen mejorará conforme mejore su gestión. Aunque desgraciadamente se está dando el caso de que ciertos políticos prefieren hacer política ideológica para que la sociedad entienda que, sea cual sea su gestión, la digieran como muy buena (los que digieren son precisamente las barrigas agradecidas), y de esa forma mejore su imagen popular. Es decir, quieren hacer el camino contrario a lo que la lógica y el sentido común dicta a cualquier criatura.

¿Cuales son los cambios que delatan esta posición?

El más reciente cambio ha sido la remodelación de gobierno que ha emprendido el Presidente Zapatero. A todas luces ha obviado en cada uno de sus nuevos nombramientos el factor gestión, y simplemente se ha centrado en el factor mediatización, factor comunicación o factor imagen. Además el mismo lo ha dicho alto y claro en sucesivas ocasiones: «hay que explicar mejor», «quiero que mis ministros se dediquen a hablar» o «esto también es un acto de comunicación».

Entrar a hablar pormenorizadamente de cada uno de los nombramientos es algo que sobra. Todo el mundo sabe holgadamente ya, y esto sólo es a grandes rasgos, lo que tanto se ha comentado en los medios, sus guiños a los sindicatos, el intento de rescate de los votos de izquierda y un intento de pacificar el seno de su partido, para reconciliarlo con él mismo.

Ahora bien, si me voy a detener un poco más en una noticia que se publicó el mismo día de la remodelación y que nos es más cercana a los andaluces. Se trata de la facturación de los servicios sanitarios. A la Consejera se le ha ocurrido la idea de hacer saber a los pacientes lo que cuesta cada una de las consultas y/o operación.

Creo que de esto sólo cabe una interpretación: el gobierno nos quiere hacer saber lo que gasta, en este caso, en sanidad, de forma que todos les estemos muy agradecidos porque nos han perdonado una gran cantidad de dinero. Es una operación de imagen. El poner precio a aquello que es público, es de alguna manera, hacerlo parecer privado, y hacerlo parecer que es propiedad de nuestra Junta de Andalucía.

Pero yo me pregunto, ¿qué mejor forma de conocer los costes y gastos de una cuestión o de un servicio público que conocerlo a través de unos presupuestos generales y de unos cierres presupuestarios de ejercicio? ¿Es que acaso no es el dinero que se gasta en servicios públicos el mismo dinero que pagamos entre todos a la Hacienda Pública? ¿Por qué nos han de pasar frente a nuestros ojos los costes que quieren que veamos y sin embargo muchos otros son imposibles de conocer?

En concreto, recientemente se desveló el número de contratos de teléfonos móviles que la Junta de Andalucía tiene contratados, el número de coches oficiales, o los 633 asesores que Zapatero aún mantiene a pesar de la crisis, los cuales nos cuestan a todos 28 mill de € cada año. Y eso es por no hablar de planes, subvenciones e inversiones que en muchas ocasiones, y por parte de muchos gobiernos, son desproporcionados en relación a la obra real y a la necesidad de la sociedad.

Al final, todo esta operación de imagen ha servido primeramente para terminar tajantemente con el debate de Presupuestos Generales del Estado, la compra-venta de intereses cruzados no relacionados ninguno de ellos con los ciudadanos, y así olvidarnos de que este Gobierno de España tiene planteado subir más los impuestos.

No sé a otros que les parece esto, pero es como si Zapatero nos estuviera cantando la canción de Borriquito como tú, yo sé más que tú.

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