Suelo industrial en Fuente Palmera

poligono industrial los fruteros ortofotoEl pasado 4 de abril de 2008 hubo una Asamblea General Ordinaria de la Asociación de Empresarios de Fuente Palmera, que fue celebrada en el salón de la Peña Flamenca Joseito Tellez. Tras los puntos de aprobación de acta de la anterior asamblea, presentación de presupuesto del ejercicio anterior, y presentación de presupuestos para el ejercicio 2008, tuvo lugar una serie de reflexiones en voz alta, sobretodo en torno al tema polígono los Fruteros, las cuales poco a poco se fueron subiendo de tono al tiempo que los turnos de palabra se desordenaban.

En aquella asamblea se encontraban una mínima parte de los «afectados» por los problemas en la consecución del ya histórico mencionado polígono. No obstante reinaba el ánimo de que la propia Asociación se interasara en el asunto o presionara en favor de estos afectados. He puesto la palabra afectados entrecomillada porque pienso que no sólo son afectados aquellos que ya tienen intereses económicos en juego, sino el resto de la población de Fuente Palmera y todo el sector empresarial también son afectados, aunque los primeros debieran ser, y serán, los máximos interesados.

Efectivamente, digo debieran ser, porque todas las explicaciones sucesivas se centraron sobre cual debe ser el papel de la Asociación y cual debe ser el papel de los afectados directos, algunos de los cuales parecen mostrarse muy relajados y a merced de lo que vaya ocurriendo. Al final todo prácticamente en el aire con respecto a esa aclaración, aunque comprendo la impotencia de los afectados y su indefensión.

Debido a que no tomé la palabra en la propia asamblea, y a que también quiero hacer ésta más extensiva, aquí dejo la que es mi posición personal como empresario individual y como socio y colono afectado indirecto de la inconclusión del polígono industrial los Fruteros.

Un símil que se puede aplicar a la situación actual de negociaciones, informaciones, derechos contraídos casi sin reconocer y esperanzas casi perdidas, podría ser tan simple como el de un producto en el mercado.

  • el producto ofertado es el suelo industrial
  • el ofertante es el Ayuntamiento, únicamente existe éste, por lo tanto es una situación de monopolio
  • los demandantes y/o compradores son los afectados y son más de una entidad demandante

Bajo estas bases, es más fácil de comprender lo que está ocurriendo, que no es otra cosamonopoly tablero que la subsanación de errores anteriores, por parte del Ayuntamiento, aprovechando su situación de único ofertante y monopolista. De tal forma que los derechos adquiridos por los compradores, o incluso los plazos asumidos por el Ayuntamiento son fácilmente obviados.

Creo que desde que conozco las leyes de mercado, y también desde que conozco un poco más este problema, siempre la solución de una oferta monopolizada es una demanda unida en una sola persona jurídica. Por eso en las conversaciones o charlas que he tenido sobre este tema, siempre he apostado por la unión de los afectados bajo una Asociación de Afectados, o la atribución de facultades al Presidente de la Asociación de Empresarios para negociar y actuar en nombre de todos.

Es decir, aprovéchese de forma efectiva esos doscientos cincuenta y tantos empresarios que conforman la Asociación, aprovéchese el que los intereses de los afectados directos son coincidentes con los del resto de socios, aprovéchese el que el único gestor hasta ahora ha sido sólo el Ayuntamiento de Fuente Palmera, y exíjase aquellas responsabilidades, que han dado lugar a la situación actual, a la persona jurídica que es un ayuntamiento.

Ahora bien que se quede claro de antemano si se quiere sacar el polígono adelante, si los que han tenido su dinero en juego tanto tiempo quieren amortizar su inversión o si la respuesta a cualquier incumplimiento va a ser la doblegación incondicional. Pero por supuesto el que la Asociación de Empresarios se diese por afectada directa también estaría bien, pues los empresarios que está perdiendo Fuente Palmera por no tener suelo industrial son empresarios que serían socios si se quedasen, los negocios que no se establecen aquí y los servicios que no se prestan aquí son pérdidas para todos.

Es más, la falta de interés por asistir a las asambleas generales, por parte del grueso de socios, seguramente también responderá a lo que decía Antonio Romero, que nos movemos muy poco, que no hacemos nada, y que todo el mundo quiere apoyar pero nadie quiere ir por delante. Desgraciadamente en cualquier reclamación colectiva siempre ha de haber alguien que será la cabeza visible, y en caso de fracaso será el que se lleve todas las broncas, pero nadie diría entonces que no nos movemos. Diría que nos tenemos que mover de otra manera.

No digo que ésta fuese la solución ideal, ni que hubiera que tomar cartas en el asunto ahora que está el «pájaro en un nuevo vuelo», pero sí creo que mientras no se apunten hacia estas diligencias el tiempo de espera será en vano, pues muy a pesar de todos, todavía puede llover mucho hasta que Fuente Palmera tenga otro suelo industrial disponible.

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