Ávidos de poder

La crisis económica en España, y su propia progresión pésima en comparación con muchos otros países vecinos, está siendo muy reveladora en cuanto a algunas reacciones socio-políticas que está ocasionando.

En el momento actual, consigo recordar un poco aquella crisis del 92. Aquella fue la crisis del petróleo y del poder adquisitivo de la peseta, y hablar de la crisis estaba de moda. La propia palabra en sí misma producía un cosquilleo raro entre los dientes a todos aquellos que ceceamos de forma habitual. Me atrevo a decir que se nombraba más la crisis de lo que en realidad estaba presente, porque había que nombrarla, había que centrarla en la conversación, había que habituar a la sociedad a su cotidineidad.

La crisis que nos ocupa, aunque tenga algunos factores en común, parece una crisis más vergonzosa. Al principio le dio miedo salir, y ahora que la tenemos hasta en la sopa y que es la causa de tantas y variopintas consecuencias -por llamarlo de alguna manera- casi está mal hablar de crisis alguna. Y es que los inteligentes dirigentes políticos se han esforzado en dar una imagen negativo a todo aquello que significase crisis, desconfianza o duda del sistema económico. Así mientras este proceso ocurría, tenía lugar un hermoso desfile de acontecimientos todavía más motivadores de desconfianza social, de los cuales más tarde o más temprano la sociedad se enterará. Otro asunto es la repercusión que tenga esa información.

De todas formas, este artículo no se llama ávidos de poder por lo escrito anteriormente.

Una reacción muy extrema que se está dando desde hace cuestión un mes, cuando empezó el curso político, es la avidez del poder. Llevamos más de un año asistiendo a tapado y chapuceado de muchas torpezas políticas que le cuestan el dinero a los contribuyentes. En Fuente Palmera tenemos lo mismo de siempre, la misma forma de trabajar, de informar, de contratar y de malobrar. Y ahora además con quinielas y apuestas por gestionar Ochavillo.

Todo este tipo de gobernantes prometedores, optimistas y embaucadores no saben ya como seguir manteniendo su absurda idílica fantasía veraniega. Mientras suben impuestos prometen un gobierno mejor, mientras solicitan un préstamo quieren vender austeridad.

Están ávidos de poder, de mantener su poder, antes de que la crisis, que tan mal han capeado, les termine de tumbar del sillón. La crisis será la protagonista en las campañas políticas que los gobernantes están preparando hace tiempo, desde antes del Plan E, la crisis es la que está acelerando y llamando a un cambio, y es la crisis la que está obligando a recapacitar a aquellos que promulgan un gasto social descontrolado.

Este gasto social descontrolado es el mismo que se usa para esta campaña de chapuceado, cuyo verdadero objetivo es comprar agrado, y vender miedo a aquellos que no asientan con el socialismo.

Repartir dinero por no trabajar, pero avisarte para votar.

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3 opiniones sobre “Ávidos de poder

  1. Es que… amigo Crespillo…. mientras al «personal» le sea más rentable y/o interesante cobrar el paro que trabajar por un sueldo…. pues, ¡así vamos! claro, la diferencia de lo que cobraban entre el paro y su salario lo cubren con «chapucillas» que, a demás, no cotizan y quedan «integras»…. Total que, estamos favoreciendo la economía supergida….

    Mientras no se reduzcan y/o se toquen las «ventajas sociales» los sindicatos….ahí, calladitos….

    Claro, todo tiene su límite… todo llegará… a todos se les acaban el paro pero…»ya verán» se dicen… y, mientras, así pasan la crisis….

    Y el Gobierno Socialista buscando escandalos y/o buscandolos….para que no se hable de lo que verdaderamente interesa y…. yo me pregunto…. ¿porqué no el PP, DESTAPA Y SACA A LA LUZ LOS ESCANDALOS DEL PARTIDO SOCIALISTA? PERO TODOS, TODOS LOS ESCANDALOS EN LOS MEDIOS Y TODOS LOS DÍAS…. A VER SI DE UNA VEZ POR TODAS SE SACAN Y SE NOMBRAN…. lo de poner la otra mejilla está muy bien pero, al final la cara se puede deformar despues de tanto golpe ¿no? claro que, lo peor sería si, en uno de esos golpes se desencaja la mandibula y ya no hay forma de que pueda hablar….

    En fin… no vamos a solucionar nada desgraciadamente…. hablar y manifestarse está bien, está bien que se oigan voces pero… no veo yo que se llege a ningun sitio….¡¡¡¡FALTAN LOS HECHOS!!! ¿no te parece?

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  2. Amigo Rafa: Has escrito «a aquellos que no asientan con el socialismo». Pero lo correcto sería decir a aquellos que no asientan con el paradigma de los socialistas que siguen manteniendo su pauta de siempre. Y me refiero a Fuente Palmera y me refiero a Andalucía, donde el mamoneo, el enchufismo o la «digitalización» de los pueestos de trabajo está cantada, donde se hacen fullerías de todos colores con tal de no perder el puesto, o el poder, o la influencia, o la llave de la puerta de atrás.
    Lo que pasa es que esto hay que cambiarlo con votos inteligentes y no con votos interesados… Y aquí se reparten demasiados subsidios, demasiadas prebendas, demasiados favores y se mantiene el clientelismo sistemáticamente (muy pocos se salvan por no decir ningún socialista) y los clientes no votan con la cabeza y la razón, sino con el estómago y el bolsillo. Sin cultura, sin sentido crítico, Fuente Palmera y Andalucía no iremos a ninguna parte, es decir estaremos prisioneros de este falso socialismo de club de fútbol.

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  3. Amigo elekap,

    tal vez habría que discutir qué es el socialismo, y también habría que discutir si el significado de un concepto permanece o va evolucionando con su uso.

    Digo esto, porque si hoy se menciona la palabra socialismo, el que lo escucha rápidamente tiene una imagen de los actuales dirigentes del PSOE, de Chavez y Chaves, o de una especie de política vanguardista, y algún que otro sindicalista, e incluso de Castro. Eso es lo significa socialismo, y también significa lo que conlleva que es lo que Andalucía lleva tanto tiempo sufriendo.
    Porque además, no olvidemos una cosa, estos socialistas son expertos en cambiar y hacer calar un nuevo significado de las palabras.
    Eso se lleva a cabo a través del llamado PROGRESISMO, concepto con el que se trata de desestimar y hacer caduco a todo lo que no lleva el sello de lo recién promulgado, lo cual es siempre más fácil de manipular y tergiversar.

    No obstante, ¿qué tipo de socialismo o socialista sería el que votara sin tener en cuenta su estómago, su bolsillo y el chanchulleo? ¿dónde se da hoy ese tipo de voto?

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